| Juan Jesús Fernández Rodríguez
| 2013 | PFC | CESUGA University College Dublin
| Profesores: Toni García y Antonio Pernas
«El centro histórico de Santiago de Compostela está perdiendo su función residencial y se está convirtiendo en un parque temático para los turistas. Las causas de éste problema son:
1. La escasez de tiendas para la compra diaria: sólo hay un supermercado para 12,000 residentes porque los comercios son solo para los visitantes.
2. Las dificultades de los comerciantes para almacenar las mercancías.
3. La ausencia de aparcamientos.
4. Los problemas de acceso a los espacios verdes que rodean la Zona Vieja.
Tras estudiar estas causas, llegué a la conclusión de que la solución no podía ser sólo crear nuevas tiendas o supermercados, sino que debía proyectar lo que estos nuevos comercios necesitan para originarse por sí solos.
La solución que propongo es crear una nueva red de distribución para el barrio compuesta por cinco nuevas instalaciones comerciales situadas en la antigua Vía de Ronda de la ciudad. Estos nodos logísticos tendrán tres elementos en común:
1. Contarán con un almacén de mercancías.
2. Complementarán edificios existentes, introduciendo los espacios verdes en el Centro Histórico.
3. Competirán con los centros comerciales de las afueras de la ciudad mezclando los usos comerciales con otros de carácter social y cultural.
Entre estas nuevas áreas comerciales, la que he escogido para desarrollar es la situada en la Plaza de Abastos. Igual que otros mercados tradicionales en Europa, cuando está cerrada, el área pública del entorno se convierte en una pérdida de espacio. Algunas ciudades están revertiendo esta situación preservando la arquitectura e incluyendo nuevos usos. Este es el propósito de mi edificio: ser un complemento de la actividad comercial del mercado de la Zona Vieja.
Los nuevos usos que incluyo son un almacén, un supermercado que complementará la oferta de productos perecederos del mercado, una ludoteca y un espacio multiusos.
La idea del edificio consiste en hacer que el área de almacenaje sea parte del espacio. Esto se consigue a través de dos estanterías de paletización que se convierten en una nueva y oscura entrada al barrio que sube y alcanza la luz del Centro Histórico de Santiago, una ciudad protegida por la UNESCO. Además, una de estas estanterías emerge en el espacio público de la plaza y es ligeramente cubierta por una pérgola de vidrio respetando la escala de los edificios históricos y devolviendo este espacio sin uso a los residentes.
Dos patios distribuyen el supermercado de dos pisos, introduciendo luz cenital y vegetación en el espacio, dos elementos que son habitualmente olvidados en el diseño de otros edificios similares.
El modo en el que este espacio flexible fue diseñado, permitirá cambios en su uso: como resultado en el futuro, el supermercado puede convertirse en un espacio destinado a un nuevo modo de consumir, o el almacén en una gran máquina expendedora continuamente surtiendo alimentos y mercancías a los nuevos residentes.
Para resumir, las ciudades compactas que se desarrollaron en Europa antes de la aparición de los nuevos modos de consumo son el futuro del urbanismo. Este el objetivo último de mi propuesta: la renovación de los Centros Históricos, como el de Santiago de Compostela, trayendo de vuelta el comercio tradicional que abastezca a sus residentes.»