Un chaflán convencional organizaría las viviendas en un bloque compacto con la desventaja de los difíciles encuentros geométricos contra las medianeras vecinas.
La solución que hemos dado a nuestro proyecto, con quiebros y movimientos, en realidad propone una nueva manera de resolver el chaflán, en la forma de una mano que permite a cada vivienda abrirse al aire y a la luz incrementando la fachada y disminuyendo el contacto entre las casas vecinas (alejando los ruidos, o la incomodidad de la convivencia forzada a través de las paredes).
La separación de las viviendas entre sí, se complementa llevando las comunicaciones verticales comunes hacia el fondo del solar, dejando un patio al exterior. Hacia la calle, se levanta todo el conjunto respecto de la acera, una altura de 4,30m protegiendo la intimidad y dejando la planta baja lo más libre posible para incorporar tres locales comerciales, entre cuyos pliegues se sitúa el acceso general al edificio.
Las viviendas se organizan en cuatro pequeñas torres separadas unas de otras para asegurar la ventilación y el soleamiento de todas las estancias. De alguna manera, la percepción desde las viviendas es la de estar aisladas como le ocurren a los dedos separados de una mano abierta, a un tiempo semejantes y distintos entre sí.
El patio interior es el espacio de recepción y actividad, además de proporcionar ventilación y luz. Lo novedoso de nuestro edificio es que mientras las viviendas organizan el chaflán de manera que “parecen aisladas”, el patio se ofrece como el lugar donde la vida comunitaria se puede realizar. Los corredores anchos, como estrechas calles elevadas, que enlazan cada una de las casas tienen espacio suficiente para que los vecinos se paren para hablar o realizar alguna actividad común y proporcionan un lugar de juego infantil estupendo. Por último, el conjunto está dotado de un aparcamiento muy compacto en dos plantas mediante un montacargas de vehículos.
El material que construye el conjunto es el ladrillo vidriado. El color negro de la fachada y las cubiertas marcan unos planos neutros, de dos dimensiones, y efecto absorbente hacia la calle. Los patios exteriores y los interiores de la manzana lo son en ladrillo claro reflejando la luz hacia el interior de las casas. La fachada adquiere así una condición ligera con el contraste entre luz y sombra, o entre la materialidad del ladrillo vidriado negro y blanco sobrevolando la calle.
2 Comments
Que recuerdos nos trae este proyecto … nosotros participamos y fuimos seleccionados entre los tres finalistas con un proyecto muy diferente al ganador.
Muy buena propuesta la ganadora!