Fuente: Arquitecte de Capçalera
Ante la situación de crisis que se está viviendo en las escuelas de arquitectura, estudiantes y profesores reclamaron una reflexión sobre el sistema educativo y el rol del Arquitecto contemporáneo. La sociedad y la ciudadanía reclama a un arquitecto más útil y cercano al habitante con unos intereses sociales y éticos más marcados. Durante las dos semanas finales de curso de la ETSAB (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona) se ha producido lo que se ha llamado «docencia alterada» donde cada uno de los cursos ha propuesto de manera conjunta con los estudiantes acciones reivindicativas y de experimentación a la búsqueda de este nuevo papel.
La ciudad contemporánea, especialmente en Europa, se ha construido a partir de un tejido residencial que en muchos de los casos tiene más de 20 años y requiere de un mantenimiento. Este aspecto no hará más que empeorar en un futuro cercano, cuando muchos de los edificios que componen el casco antiguo de las ciudades quedará obsoleto y en muy mal estado. El arquitecto, por su formación interdisciplinar, tiene el perfil adecuado para enfrentarse a esta necesidad siendo capaz de entender el edificio de viviendas en toda su complejidad social, material, histórica y urbana.
El curso de Proyectos de tercer año (Habitatge i Ciutat) ha propuesto un taller de dos semanas alrededor de la figura del ARQUITECTO DE CABECERA. Un arquitecto cercano a un edificio y a una comunidad de vecinos que va conociendo a lo largo de los años y de los que conoce todas sus características, patologías y necesidades. Un arquitecto cercano a la gente para cualquier problema relacionado con el edificio y sus viviendas. Capaz de trabajar desde los temas más particulares (mejorar un baño o una cocina, añadir una habitación más a la vivienda, solucionar problemas de barreras arquitectónicas, etc) pero también capaz de entender el edificio como un conjunto, con toda su complejidad constructiva y social. Proponiendo mejoras en los espacios colectivos (acceso, vestíbulo, ascensor, fachada), cuidando del mantenimiento y sugiriendo nuevos usos (en la cubierta por ejemplo).
El taller ha decidido tomar el Raval como emplazamiento y trabajar en el barrio a partir de entrevistas con sus habitantes, para conocer cuales son sus necesidades reales y de que manera podemos ser útiles. Se les pide acceder a sus casas y éstas se dibujan y se maquetan para detectar oportunidades. A veces se propone un simple cambio de posición de mobiliario, en otras se propone tirar un tabique para mejorar la calidad del espacio interior, en otras se busca mejorar la iluminación de un patio con una sencilla capa de pintura. Analizando el problema en toda su dimensión (vivienda, edificio, ciudad). Los vecinos, a cambio de abrir sus puertas y sus vidas, reciben ese trabajo como un regalo de los estudiantes.
¡Salir de la escuela y actuar!
¿COMO?
Estableciendo contacto con los vecinos del barrio que quieran colaborar permitiéndonos el acceso a su vivienda o edificio, identificándolo, documentándolo y redibujándolo. Estudiando su evolución y detectando problemas y sus posibles soluciones. Mejorando los espacios colectivos como el vestíbulo, la escalera o la cubierta potenciando su uso vecinal; detectando barreras arquitectónicas y buscando soluciones, atendiendo a las demandas particulares de los vecinos que afecten en sus viviendas…