|Teresa Linares + María Megías
|2013| 3º ETSAB (Barcelona)
|Profesor: Jordi Badia
Nos encontramos en Poble Nou, un ámbito de trabajo complejo debido a la presencia de elementos significativos que marcarán el camino del proyecto. Por una parte, la calle Pere IV, una línea que se mantiene viva y resistente al paso de los años, coexistiendo con la trama del plan Cerdá y dando lugar a situaciones críticas en este entorno de transformación. Por otra parte, el conjunto industrial de «La Escocesa», que tiene su origen en la fuerte expansión de la industria textil en Poble Nou durante la segunda mitad del siglo XIX y que, por tanto, conserva un valor patrimonial indudable.
Así, el proyecto parte de una gran masa que da frente a Pere IV y que, con su geometría, pretende dar lugar a espacios públicos que articulen el conjunto. El volumen dialoga con La Escocesa creando una plaza pública que mira hacia ésta y acogiendo su misma altura. De esta manera, el proyecto solo tiene sentido con la presencia de La Escocesa.
Un corte en vertical en la fachada de esta plaza, como única interrupción del volumen, dará lugar a una sombra que dotará de cierta particularidad a la misma. El volumen se separa también del edificio vecino para dejarlo respirar y abrir un paso hacia la calle Bolívia.
Entendemos que, en Poble Nou, la trama de Cerdá carece de sentido. Las calles son demasiado anchas ya que están pensadas para una densidad más alta. Por esta razón, el espacio público que buscamos tendrá una escala más reducida, más humana, enlazándose gracias a la permeabilidad de la planta baja. Desde el pasaje Klein se nos abre un paso hacia La Escocesa y hacia la parroquia del Sagrado Corazón, para conseguir así, cierto contacto entre las reminiscencias de lo que fue el barrio. Tres huecos consecutivos serán los que iluminarán el paso y nos llevaran hacia la parroquia.
La estructura interna del proyecto se resuelve a partir de una crujía que se va repitiendo y gira en las barras verticales para conseguir mejores condiciones de asoleamiento. Aparecen así las diferentes tipologías:
Las viviendas pequeñas, accesibles desde un corredor, se articulan interiormente a partir de dos núcleos rígidos y un espacio abierto en zigzag. Las barras verticales se resuelven como dúplex con corredor interior en el segundo piso. Y por último, las viviendas de la zona más ancha se caracterizan por su gran profundidad, que les permite gozar de una fachada que da al interior y otra a Pere IV. Su particular longitud permite resolver la vivienda como una transición de espacios, un pasaje por donde ir descubriendo los diferentes rincones.