| Alba Azuara + Mar Sierra
| 2013 | 3º ETSAB (Barcelona)
| Profesor: Jordi Badia
Como el lápiz que dibuja sobre papel en blanco, con facilidad y soltura, un dibujo regido únicamente por sus propias decisiones, sin imposiciones, el Plan Cerdá. Este lápiz nunca paraba, seguía su camino, seguía dibujando, aun encontrándose con lienzos más complicados, el Poblenou, con leyes propias que ralentizaban el trazo pero no lo conseguían erradicar. El Plan Cerdá y el Poblenou, dos tramas superpuestas. La primera, una retícula ortogonal con chaflanes como esquinas, y la segunda una trama no ortogonal, con pasajes propia de una zona agrícola y más adelante, industrial. El Plan Cerdá logra dibujarse sobre este lienzo del Poblenou aunque sin conseguir esconderlo, los trazos del pasado se asoman.
Adentrándonos en su tejido, recorriendo sus calles, no se nos puede pasar por alto su pasado industrial, las grandes fábricas e industrias de cubiertas inclinadas, fachadas de ladrillo y altas chimeneas dibujando un nuevo perfil para la ciudad. Tomando Pere IV, una de las trazas más reticente a ser olvidada, topamos con la Escocesa, una gran fábrica, un símbolo de este pasado, con un nuevo uso otorgado; un elemento a tener en cuenta, todos los caminos nos llevarán hacia ella.
La gran cubierta industrial que dibuja la totalidad de Poblenou nos llega a invadir, a cubrir, suponiendo así el punto de partida. La gran masa industrial se perfora, se le da la oportunidad de respirar a través de pasajes y plazas, memoria de ese lienzo cada vez más desdibujado.
La vida más honesta aflora allí donde la masa coge aire, se oxigena. La comunidad vivirá alrededor de estas plazas, mimetizándose con aquellas estrechas calles, pasajes, llenas de dinamismo, de entradas y salidas, de paseo, donde todo vecino quería ser partícipe. Estas plazas relacionadas entre ellas por recorridos incontables, nos llevaran por diferentes vías a la Escocesa.
La gran actividad creada a pie de calle, no se verá estancada, sino transportada en vertical a tercera planta, pero ahora resguardándose de la vida pública, convirtiéndose así en un espacio íntimo de los habitantes llamados vecinos.
Una calle en altura, con múltiples recorridos gracias a los núcleos pasantes, una calle que nos acerca a la gran cubierta industrial., y repleta de dilataciones. Estas representaran los puntos donde la actividad frenética de la calle se verá frenada por la vida hogareña proyectada en este espacio, permitiendo a los vecinos utilizarla como una gran terraza comunitaria, a la vez que contiene los puntos de acceso a las viviendas.
Viviendas que se retuercen tridimensionalmente buscando nuevas visuales, experiencias, perspectivas. La tipología de dúplex permite este recorrido tridimensional, teniendo como punto focal la escalera, un eje de rotación entre las dos plantas, permitiendo que estas no ocupen el mismo espacio en planta. Así las viviendas no paran de dibujar lazos continuos de plaza en plaza, de visual en visual, asegurándonos que cada rincón va a sorprendernos con algo nuevo.