Fuente: EMBT
Fotografía: EMBT
RELACIÓN CON EL ENTORNO URBANO
El complejo parroquial de San Giacomo Apóstol se propone como elemento catalizador del área en la que se introduce, constituyendo un nuevo fulcro capaz de crear identidad en la comunidad local y promover la socialización, la educación y la interacción a su interior. El edificio se configura como una presencia amigable y abierta a los habitantes, gracias a una arquitectura ligera y orgánica que se contrapone a la sólida y compacta materialidad de las importantes preexistencias históricas de Ferrara.
El perfil esbelto de los árboles sutiles encierra el área, creando un entorno íntimo y familiar, en donde el edificio domina la escena con sus formas escultóricas y al mismo tiempo dialoga con la naturaleza circundante gracias a un lenguaje inspirado en ella. Se ejemplifica con el diseño de la gran plaza enfrente de la iglesia, siendo una extensión natural y un conjunto que da lugar a la sociabilidad: un lugar de congregación y unión que amplía el espacio de la iglesia abriéndolo a la ciudad.
Posicionada en el eje visual y espiritual con el nuevo puente y la ciudad más allá del río, el acceso se logra, sin embargo, por dos ejes laterales que se unen en el diseño de la plaza hasta la iglesia como dos brazos abiertos hacia a la comunidad.
El diseño del suelo continúa lateralmente conectando la plaza a una serie de estructuras anexas que ofrecerán servicios educativos, asociativos y recreativos a la comunidad, además de los nuevos espacios polivalentes cerca de la escuela, con el que el complejo parroquial también dialoga formalmente con una volumetría atenta a la relación con las adyacencias.
Un campanario en el extremo sur, señala la presencia del edificio protegida por la cortina verde de los árboles, convirtiéndose en un punto de referencia y al mismo tiempo recalcar el tiempo de la cotidianidad familiar y sus rituales.
RECONOCIBILIDAD DEL EDIFICIO SAGRADO
La iglesia es inmediatamente perceptible como un edificio monumental de carácter público caracterizado por una volumetría y caracteres formales excepcionales, cuya específica función se explica con el empleo de formas arquetípicas y un código de elementos formales que hace inconfundible el carácter de edificio sagrado. Un campanario visible de los dos lados del río marca inconfundiblemente la iglesia en el territorio, constituyendo una llamada visual y sobre todo sonoro por la comunidad.
El perfil ondulado del techo escultórico recuerda la forma arquetípica de las naves románicas y góticas, cuyo paralelismo es recompuesto pero en una forma radial, o estrellada, cuyo fulcro es el altar y del que salen las bóvedas parabólicas.
Análogamente, el gran portal de acceso, junto a la entrada, señala de manera fuertemente simbólica la entrada al templo, cuyas fachadas irregulares sin aberturas aumentan el carácter recogido del espacio interior.
[wpcol_1third id=»» class=»» style=»»]Architect
Benedetta Tagliabue
Miralles Tagliabue EMBT
Artist
Enzo Cucchi
Liturgist
Vincenzo Gatti
Project Director
Joan Callis
[/wpcol_1third] [wpcol_1third id=»» class=»» style=»»]Project Team
Gabriele Rotelli, Katrina Varian y Valentina Noris
Collaborators
Agustina Mascetti, Angelos Siampakoulis, Bárbara Ruschel Lorenzoni, Cj Rogers, Ernesto Lopez, Guido Aybar Maino, Grant Mc Cormick, Gonzalo Peña, Irene Botas Cal, Jiyoun Park, Lauren Lochry, Lorenzo Trucato, Marta Ruiz Benito, Oscar Lopez.[/wpcol_1third] [wpcol_1third_end id=»» class=»» style=»»]Place Ferrara, Italy
First Prize in competition
October 2012
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