| 2012 | Curso: PFC. ETSAB (Barcelona)
| Profesores: Luís Vives, Francesc Bacardit, I. Sanfeliu, Mª Lluïsa Sánchez.
En 1922 se construyó en el pueblo de Felanitx (Mallorca) la Bodega Cooperativa de Es Sindicat. Hoy en desuso, la bodega está situada fuera del perímetro oeste de la ciudad, entre los pies de la colina «Sa Mola» y la vía pasante que viene de Palma. El edificio marca la transición entre la zona industrial periférica de Felanitx y el paisaje dominado por las tierras de cultivo.
EL EDIFICIO ACTUAL
La bodega se define como un conjunto de naves industriales, algunas añadidas en el tiempo, que conforman una sucesión de grandes espacios interiores desarrollados a partir de las exigencias del proceso productivo del vino. Así, las naves principales se sitúan perpendiculares a la pendiente, escalonadas, para aprovechar el efecto de la gravedad que facilita el movimiento del producto entre naves.
El interior es sin duda la parte más emblemática del edificio. Las dos grandes naves de fermentación están construidas con unos singulares pórticos de hormigón armado definidos por tres crujías: dos laterales de arcos de medio punto y una central de arco ojival. El espacio interior está ocupado por 48 grandes depósitos de obra de seis metros de altura, de forma cilíndrica rematada por una semiesfera y con un revoco tosco y áspero. El espacio recibe una luz puntual directa de la fachada sur y otra luz alargada y tamizada de la parte inferior de la cubierta. La penumbra, la fuerte presencia de estos gigantes y hoy el silencio que lo envuelve, convierten a este espacio en un lugar sobrecogedor, en un lugar espiritual.
EL LUGAR
La construcción de una última nave de ampliación, a finales de los sesenta, definió el acceso principal al edificio con una plaza abierta hacia el pueblo. Sin embargo, la construcción posterior de una vía pasante segregó al edificio de cualquier contacto urbano y la plaza que antes daba acceso al edificio quedó como una pieza obsoleta sin relación alguna con su entorno.
La propuesta asume esta nueva condición del edificio, en una situación de segregación urbana degradante en la que éste ha caído al otro lado de la «frontera» o, en este caso, la carretera. Por eso, la intervención consiste en suprimir la última pieza de ampliación y reconstruir la superficie a partir de la línea de fachada original. Un muro bajo horizontal que alarga la frontalidad de la fachada monumental, sin competir con ella, valorándola y tratando de insertarla en el contexto paisajístico. El nuevo acceso ahora se produce a través de un vacío voluntario, una separación que sitúa al edificio más ligado con la montaña y los campos de cultivo.
EL PROGRAMA
La transformación de la actual bodega en un espacio multi-religioso pretende ahondar en la tipología del edificio monacal con una estructura de recintos, patios y corredores muy estrechamente relacionada con la estructura del edificio actual. Con ese objetivo el nuevo edificio se construirá sobre una nueva concepción de calles interiores generando un nuevo tejido autónomo respecto a la ciudad.
Actualmente nos encontramos en un contexto de mezcla de culturas que no hace más que evidenciar una realidad plural. Con ese pretexto, la creación de un centro multi-religioso pretende definir un programa complejo, donde además de distintas actividades coexistan distintos usuarios con necesidades especificas.
La propuesta define el nuevo edificio como un edificio de usos híbrido. Un conjunto que define espacios independientes vertebrados a través de la figura del corredor. Éste se construye como línea continua en el edificio, llena de acontecimientos y como catalizador de accesos y usos.
Dos salas de culto mixto con capillas para liturgias específicas, un aulario alrededor de un claustro, una hospedería en la nave aislada de cubierta abovedada, y una biblioteca y comedor en la parte más elevada, forman junto al corredor las distintas piezas del programa.
LA MATERIALIDAD
La intervención constructiva consiste en la recuperación y por tanto reparación de las cubiertas existentes. En el espacio interior se opera con placas de madera laminada para construir las plataformas de congregación (dentro de los depósitos de las salas de culto) y las celdas habitacionales de la hospedería. La parte de ampliación del aulario se construye mediante elementos prefabricados de hormigón que se añade a la parte existente prolongando su lógica constructiva de pórticos. Finalmente los cerramientos se resuelven con piedra del lugar.

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