| Iñigo Berasategui Orrantia
| 2012 | Curso: 5º. ETSAUN (Navarra)
| Profesores: Pucho Vallejo, Carlos Quintans
“Ninguna casa debería estar sobe una colina, ni sobre nada. Debería ser la colina, pertenecer a ella. Colina y casa, deben vivir juntas, la una feliz de la otra.”
Frank L.Wright
La casa es el eterno proyecto de arquitectura, el deseo de crear el espacio dónde resguardarse, protegerse y desarrollarse. Es y ha sido un objeto constante en la investigación, a través de la historia de la arquitectura, en busca de la perfecta “ máquina de habitar”, hagamos nuestra pequeña aportación.
En las inmediaciones del precioso robledal de Orgi, se alza en lo alto de la colina el pequeño pueblo de Guelbenzu, en una de cuyas laderas, magníficamente orientada a sur, se ubica el proyecto.
El lugar, el cliente y el programa se convierten en los tres desencadenantes de la actuación. El lugar entendido física e históricamente, de dónde se rescata la inteligente arquitectura vernácula para reinterpretar el caserío vasco. Volúmen compacto y claro y dualidad constructiva piedra-madera que fundamentan el proyecto. El cliente y su peculiar idiosincrasia, como lugar de vida y trabajo, junto con el programa redondean el proyecto adaptando la pieza a su esquema funcional. Este sitúa la zona de vivienda, asociada al terreno y abriéndose hacía el sur y las preciosas vistas del valle navarro. La zona del taller, sin embargo se sitúa en la parte superior, relacionándose con la cubierta y mirando al pueblo, creando una relación más directa que mejore la recepción de materiales y potenciales clientes.
Constructivamente el edifico se forma a partir de un grueso cascarón externo de rugoso hormigón, que le ofrece una gran inercia térmica que lo aísla del clima navarro, y por contraste, de un interior cálido formado íntegramente de madera tanto los forjados de placas alveolares de madera, como las paredes revestidas de panelado; logrando así esa referencia a la inteligente construcción tradicional de la zona.
iñigo berasategui
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