| Alejandro García + Raquel Sola
| 2011 | Curso: 5º. ETSAV (Valencia)
| Profesor: Fernando Menis.

Propuesta de actuación sobre una bodega cooperativa en la zona vinícola de Utiel-Requena.
La bodega es el corazón de la aldea, siendo su organización cooperativa el sustento económico y social de una pedanía que agudiza su despoblamiento y envejecimiento. Así pues, se entiende el programa de un centro de enoturismo como una excusa para mejorar la futura calidad de vida de los vecinos y su población.
Se pretende llevar el enoturismo dentro del movimiento cooperativo, para diversificar ingresos y garantizar una sostenibilidad a medio y largo plazo.
El programa tradicional de un centro enológico se fragmenta y se esparce por la aldea con el objetivo de repartir el beneficio, tanto cultural como económico. No tiene sentido una actuación enfocada en una actividad esporádica, ni unas instalaciones que serían infrautilizadas en un contexto donde los equipamientos son realmente necesarios.
Así pues, el programa se divide en Alojamientos, Bodega y Centro Cultural.
Al igual que un emparrado de vid, los alojamientos se insertan en unas circunstancias físicas determinadas con un sistema abstracto que deja crecer y guía a la naturaleza (usuario). Se propone una herramienta para que se construyan los alojamientos a través de una serie de combinaciones trabajadas desde la sección. Así se permite la adaptabilidad a las distintas parcelas y a la proyección de negocio del usuario. A través de su modo de empleo, también garantizará el correcto asoleo, ventilación, relación con la vegetación y una cualificación del espacio público al dejar la planta baja libre.
Por otro lado la estrategia para la bodega tiene que ver con podar, eliminado las partes muertas o excesivas y dejando crecer un nuevo cuerpo interior. El volumen interior se establece desde la anatomía del edificio existente. Su piel es un control térmico a la producción. Recorre el espacio disponible, convierte los interiores finitos en una serie de lugares y situaciones.
El centro social se planta en la periferia del pueblo, formando un triángulo con al centro urbano y la cooperativa. Actúa dentro de los planes urbanos y dota a la aldea de una fachada hacia el campo, beneficiándose de las vistas. Una serie de crujías distintas contienen el programa y se relacionan con la escala del pueblo.
La propuesta valora coherentemente el tejido social autóctono y su disposición para generar un cambio con perspectiva de futuro basado en la realidad. Pretendemos una actuación estratégica que haga más con menos, optimizando los recursos del lugar, el verde como verde productivo y la identidad como sinónimo de sostenibilidad.