| María López Izquierdo
| 2012 | Curso: PFC. ETSAV (Valencia)
| Profesor: Eduardo de Miguel Arbonés, Vicente Corell Farinós.
Almagro es una ciudad-teatro. Todos los escenarios que conforman la red de teatros de la ciudad se aúnan para crear el Centro de Artes Escénicas. El teatro experimental supone un nuevo espacio de representación, dinámico y novedoso, que eleva a la ciudad como uno de los más importantes exponentes de teatro.
El planteamiento surge de estudiar y aplicar las estrategias que se han ido utilizando tradicionalmente en la arquitectura manchega de una manera contemporánea, de tal forma que un edificio de las dimensiones propuestas encaje silenciosamente en la morfología urbanística de la ciudad.
La estrategia generadora adoptada ha sido el patio manchego, quien dependiendo del nivel de privacidad y papel en la vida urbana de la ciudad, va manifestándose en su tejido convirtiéndose en la savia que recorre la compacidad de las grandes manzanas. La vida se encierra tras los muros de las construcciones, austeros y sencillos, salpicados por huecos de aspecto tradicional: en blanco en calado las casas más modestas y en color de la tierra en las tipologías más sobresalientes.
El programa de necesidades se diferencia en el uso de la representación teatral y el uso docente, constituyendo, a la vez, espacios autónomos y dependientes de otros de mayor importancia, pero siempre englobados en la idea de proyecto: concebir el edificio como un recorrido teatral en sí mismo.
«Todo está al alcance de la mano, todo está jerarquizado, todo está en su sitio de forma lógica, natural, casi se diría que ha surgido espontáneamente.»
Arquitectura popular manchega, Miguel Fisac.
El edifico forma parte de los recorridos teatrales, entrando en el edifico como si de una calle interior exterior se tratase. Así, la planta baja es la predominante del proyecto y la que da sentido al mismo, concepto que dirige el resto de las decisiones de proyecto.
El perfil de la ciudad es un volumen compacto de dos plantas, donde quedan engranados patios, calles y plazas, y en el que destacan en altura las construcciones de importancia en la ciudad.
El proyecto busca en todo momento mimetizarse con el entorno, con materiales y técnicas tradicionales pero respondiendo a un hacer completamente contemporáneo. Los materiales empleados serán hormigón, cerámica, acero y vidrio, reinterpretando todos aquellos elementos conservados de la arquitectura manchega, aprovechando la lógica constructiva de lo tradicional.
Así, el edificio, al exterior, conserva un aspecto totalmente másico, sólo en contraposición con los longitudinales desarrollos de las carpinterías de acero y vidrio. El hormigón toma protagonismo, interpretando el papel de elemento resistente, y dando forma a muros y losas, que compondrán las dos envolventes másicas (superior como cubierta e inferior como cimentación) en las que se encierra el programa del conjunto.
La ubicación y distribución de las instalaciones en el edificio se resolverá mediante un forjado intermedio de chapa colaborante, que recorre todas las estancias del conjunto, enfatizando aún más la idea de un interior ligero entre envolventes másicas.