Fuente: Joan Pascual
Fotografía: Marcela Grassi, Lourdes Jansana
La ordenación volumétrica de este conjunto de viviendas de protección oficial es una propuesta alternativa al Planeamiento oficial que establecía una ordenación de dos manzanas alineadas a vial con profundidades edificables de 13m.
Para descartarla bastó con percibirse de que el ámbito del proyecto formaba parte de una corona de diversos equipamientos públicos de volumetrías libres que eran el último paso desde Ripollet hasta el gran parque metropolitano que da nombre al lugar: «Els Pinetons».
Se optó por volumetrías específicas para este lugar, que se concretaron finalmente en la combinación de cuatro volúmenes de cinco plantas contrastados dos a dos, en situación de simetría polar, que definen un amplio espacio público que se desliza entre ellos.
En paralelo a las calles oeste/sur, dos bloques lineales se pliegan en forma de letra alfa, tensando los espacios públicos. Los otros volúmenes, con una planta cuadrada ligeramente fugada, puntúan el espacio público que definen las dos primeras piezas. El bloque situado a sur, en contacto con la trama urbana vecina aumenta su altura hasta ocho plantas, para fijar en el lugar esta isla de vivienda pública.
Se intenta integrar en los procesos de diseño de la vivienda pública la atención a componentes urbanísticos, espaciales y paisajísticos frecuentemente utilizados en este tipo de obras: las formas se concretan de tantearlas como negativo del espacio público.
Las primeras volumetrías se redefinieron en consecuencia con la organización de los módulos de agreagación de las viviendas, a las que se dotó de luz y ventilación con la incorporación de grandes patios en el interior de los volúmenes de los edificios.
En cada módulo de agregación encontramos viviendas pasantes, en esquina o con una gran cara exterior, en coherencia con el sistema agregativo.
Los testeros son conceptualmente ciegos, a pesar de la presencia de ventanas. Las otras caras de los edificios unifican la variedad de sus aperturas mediante terrazas corridas, pautadas con paramentos de listones verticales de aluminio colocados en primer plano para el control de asoleo. Finalmente en un último encaje de volumetría se recularon parte de las plantas bajas, formándose porches en las tres esquinas de los edificios en forma de cinta. Todo el espacio público se resolvió a través de un único plano inclinado.
Cerramientos de paneles prefabricados de hormigón y módulos de parasoles industriales de aluminio han sido utilizados en los paramentos perimetrales de cerramiento exteriores mientras que los grandes patios de luces han sido realizados en material cerámico.
Arquitectos:
Joan Pascual Argenté
Ramon Ausió Mateu
Fotografía:
Lourdes Jansana
Marcela Grassi
17.780m2