| Ivanna Sanjuán
| 2009 | Curso: PFC. ETSALS (Barcelona)
| Profesores: Arcadi Pla, Kees Van Gorsel, Núria Martí
Concepto
El proyecto se ubica en una zona multicultural de Barcelona y consiste en un centro de culto para todo colectivo religioso. La propuesta gira en torno a dos cuestiones básicas: cómo relacionar el espacio urbano y el religioso y cómo afrontar la convivencia entre las distintas religiones en un mismo espacio. Teniendo en cuenta la multiplicidad de sensibilidades respecto a esta última cuestión, el proyecto se plantea de modo que los espacios se adapten a los requerimientos individuales y rechaza la imposición de una pauta determinada. Dado que cada espacio podrá ser utilizado por distintas religiones, el proyecto busca, desde la neutralidad religiosa, el acercamiento a las cualidades espirituales con la finalidad de que el usuario encuentre su propio templo dentro de este centro multiconfesional.
Emplazamiento
El edificio se sitúa en el distrito de Ciutat Vella, caracterizado a nivel urbano por su densidad y sus trazas irregulares. El análisis del emplazamiento revela tres parámetros a los que la propuesta deberá responder: una medianera colindante, dos calles peatonales que cruzan el solar y un gran vacío urbano. Todos ellos se incorporan en el diseño del proyecto.
Programa
El análisis del programa distingue dos usos diferenciados: el religioso y el cultural. El centro educativo y cultural, que funciona como centro neurálgico del conjunto, se coloca en una posición central.El espacio propiamente religioso está formado por cuatro salas de culto. Se proyecta un templo independiente por cada sala, donde cada una es unaunidad autosuficiente colocada en planta baja. La agregación de estas piezas configura un espacio intersticial, lleno de matices y de experiencias sensitivas, encargado de solucionar las dos cuestiones principales del proyecto.
Espacio intersticial
Este espacio tiene como función relacionar ambos programas y dar respuesta a las dos grandes cuestiones del proyecto: conducir al usuario del espacio urbano al interior de las salas y atender a la problemática específica del proyecto – la concurrencia simultánea de distintos colectivos religiosos en un mismo espacio. ¿Debe la propuesta promover la convivencia o debe facilitar su separación? La solución adoptada propicia ambas posibilidades y resuelve las cuestiones principales a través de los siguientes medios:
– Transición y zonificación
Se delimitan conceptualmente unos espacios de medidas distintas que fluctúan entre las salas, donde la frontera entre la cohesión y la segregación es muy sutil. Estos espacios son en realidad uno solo, pero pueden ser ocupados de manera independiente gracias a la dilatación y angostamiento de sus límites. Poniendo énfasis en las tangencias y las visuales diagonalizadas, estos espacios adquieren unas formas irregulares – características del emplazamiento – dentro de la disposición cartesiana de las piezas. Se consigue así una continuidad del espacio urbano, llevando el carácter del barrio al interior de la propuesta. El acceso gradual a las salas se produce, pues, a través de la secuencia de espacios, que preparan para el acto litúrgico.
– Carácter bucólico
En este proyecto aparecen dos elementos naturales como puntos de unión entre las distintas religiones. Una lámina de agua surge del hueco creado entre la sala y el muro perimetral, y a tres metros de altura aparece una enredadera a modo de filtro lumínico y aromatizante del espacio, favoreciendo el paso de un ambiente urbano a un espacio religioso. La incorporación de estos elementos característicos de numerosos templos permite al usuario reconocer el espacio como suyo y a la vez lo dota de unidad.
Materialidad
La dualidad del programa define la materialización del proyecto. La primera decisión consiste en reconocer material- y formalmente este dualismo, empezando por la separación física de ambos.
El espacio religioso, por su carácter distintivo, precisa de unas trazas representativas. Es un espacio que mira hacia sus adentros, donde la importancia de su uso radica en lo que sucede intramuros, por eso su relación con el entorno será prácticamente nula. La elección del material está intrínsecamente ligada a esta relación interior-exterior.Así, las salas de culto, de carácter sólido y cerrado, se materializan a través del hormigón.
El centro educativo-cultural es formalmente más tranquilo y regular. Su uso va dirigido a un colectivo plural, siendo un edificio más abierto al exterior. Tanto para este volumen como para el espacio intersticial se opta por el uso de una celosía de madera que filtre la luz y las visuales.
Salas de culto
La propuesta parte de un volumen cerrado, con un nulo contacto con el exterior, atendiendo a la importancia del culto. Ante la necesidad de un acceso y de una iluminación natural de la sala, aparecen, como dos brazos que se abren, dos muros que configuran cada uno un espacio «cojín» que intermedia entre la sala y el exterior.
Atendiendo al carácter espiritual de la sala aparecen la cualidad lumínica y el cielo como factores representativos del mundo espiritual. Por ello, el volumen regular tiende al cielo, a la captación de su luz para bañar las paredes del interior. Esta abertura a modo de lucernario añade una visual, en la que los edificios colindantes no deberán interferir. Se busca la inclinación adecuada del volumen para que la visual sea limpia – solamente cielo.
Como piezas autónomas, las salas tienen su propia estructura, separada del resto, así como un funcionamiento independiente en cuanto a climatización, albergando la maquinaria en la propia sala. Habrá una conexión a nivel técnico entre las distintas salas y el centro educativo bajo rasante.
Celebro, doncs, que el projecte hagi agradat.
Ivanna
No puedo más que decir que me parece un Proyecto de extrema delicadeza y sensibilidad y una oportunidad fantástica para poner a Barcelona como ejemplo de Ciudad Universal, Integradora e Innovadora. ¡Felicidades Ivanna!.
Sólo espero que este Proyecto se haga realidad pronto.
JanF.