| Núria Pla Illa
| 2010 | Curso: PFC. ETSALS
| Profesores: Robert Terrades, Núria Martí, Jon Montero.
El proyecto está situado en el pueblo de Besalú, uno de los asentamientos medievales mejor conservados de Cataluña. La situación del proyecto es privilegiada, encima de un gran talud de roca, delante del río Fluvià, con vistas al pueblo y con el puente antiguo medieval en uno de sus laterales. Por su situación, el proyecto ha nacido con la voluntad de respetar las preexistencias, integrarse a la escala del pueblo y adquirir parte de sus cualidades. Además, el proyecto crece en extensión y no en altura, y se entierra ligeramente en el terreno con el fin de tener un menor impacto visual desde el pueblo.
El programa inicial lo formaban usos muy distintos: las termas, el restaurante, el gimnasio, los servicios, la administración y el hotel. Por esta razón la estrategia del proyecto fue formarse a partir de la disgregación de volúmenes de diferentes tamaños, muy ligados al programa, en vez de englobar todo el programa en un mismo volumen compacto. Así, la planta del edificio se lee en volumetría, ya que cada volumen es independiente y tiene su medida y uso adecuado. Todos los volúmenes quedan unidos por una losa con una altura inferior.
Una de las imágenes más bonitas del pueblo de besalú es su fachada al río. Las edificaciones de esta fachada están en distintos planos pero se lee un frente continuo. Esto se consigue gracias a la piedra, el material que cualifica al conjunto y que aporta una atmósfera especial. El proyecto, también refleja ésta idea y parte de asimilar-se a su entorno creando también un frente de piedra. Éste nace del terreno y engloba tres volúmenes pertenecientes a las termas, junto a la piscina exterior y un muro que limita la terraza exterior y que recoge en la planta inferior el hotel (las habitaciones del hotel son cápsulas dentro de un gran corte en el frente de piedra). El resto de volúmenes se materializan de hormigón y quedan en un segundo plano. La piedra utilizada tanto en el exterior como en el interior de las termas es la piedra del sitio, el travertino, adoptando así el mismo carácter. El resto de volúmenes se materializan de hormigón y quedan apartados respecto de éste primer plano de piedra.
El concepto principal ha sido trabajar con el lleno y el vacío, donde el lleno corresponde a las diferentes salas y el vacío a los espacios de circulación y zonas de descanso. En la zona termal, este vacío también lo ocupan las piscinas de agua, donde el usuario puede nadar hasta ver las magníficas vistas enmarcadas por los volúmenes de piedra. La planta del edificio así, busca la fluidez del espacio, la riqueza en sus recorridos y las visuales en diagonal.
El agua es la protagonista del proyecto y se ha tratado de una manera especial juntamente con la luz y la materia. Tal y como se ha concebido la materialidad, la transparencia del agua y sus reflejos, realzan aún más el concepto de piezas independientes. En la zona termal, hay un esquema tipo que se repite, que es una transición desde la parte posterior, donde se encuentran los patios semi-hundidos y los servicios, hasta la parte frontal, donde el edificio se encara al pueblo y disfruta de las vistas. Esta transición organiza el programa: primero las duchas y el corredor, en la zona central los baños de distintas temperaturas, con las piscinas mayores ocupando el vacío entre los volúmenes y finalmente las termas de vapor en la parte frontal. El retranqueo de este módulo genera unas zonas de dilatación, que funcionan tanto de zonas de descanso como de distribución. Además, La disposición del programa termal se ha llevado a cabo teniendo en cuenta el contraste de temperaturas, ya que es el que favorece más al cuerpo.
El edificio se ha diseñado de tal manera que hay un fuerte vínculo entre estructura, materialización, instalaciones e iluminación. En cuanto a la estructura, los volúmenes funcionan unidireccionalmente con vigas prefabricadas y losas de hormigón, mientras que el resto, es la losa a un nivel inferior. De esta forma, en todos los volúmenes siempre quedan vistas las vigas, dando riqueza al techo. Además, se pensó en unas placas apoyadas sobre las vigas como encofrado perdido para la losa de hormigón. Estas placas son de basalto en la zona termal, proporcionando esta atmósfera misteriosa, así como todos los paramentos horizontales, ya sean pavimentos o superficies de piscinas y baños. Los paramentos verticales, en cambio, son de travertino. En su conjunto, la materialización se ha diseñado con el fin de potenciar la independencia de volúmenes, a modo de cajas.
Se ha procurado que en la zona termal haya un ambiente que evoque el reposo y la relajación, por esta razón ha sido muy importante controlar la luz: en la parte posterior se sitúan los patios medio cubiertos, y en la parte frontal es la propia geometría del edificio que hace de control solar. Los volúmenes son muy cerrados y reciben luz cenital a través de lucernarios integrados con las vigas, donde la luz se filtra entre las vigas y realza, así, la textura de la piedra. El vacío, en cambio, se cubre con superficies vidriadas continuas.
Requerimientos como las instalacionestambién han sido un punto a favor para el proyecto, tratándolas como elementos visibles y respondiendo ya desde el primer día a la configuración del proyecto. Además, van muy relacionadas con la estructura, ya que en los volúmenes se climatizan a través de conductos de aire vistos e integrados con las vigas del techo.