por Jordi Badia
No se me ocurre un estudio mejor que Lacaton & Vassal para ejemplificar los cambios profundos que está viviendo la arquitectura contemporánea. Debería ser objeto de estudio obligado en todas las escuelas de arquitectura, la mayoría de las cuales están enseñando una arquitectura que tiene muy poco que ver con la realidad actual.
En este reciente número de la revista 2G aparecen sus últimos proyectos, que desde mi punto de vista significan una evolución muy positiva de su método de trabajo.
La arquitectura que se muestra no puede ser juzgada con los cánones de belleza tradicionales sino que su interés es mucho más profundo y tiene que ver con valores mucho más objetivos que pretenden, ni más ni menos, que mejorar la vida de la gente.
De esta manera proponen arquitecturas que hablan de presupuestos económicos, de conseguir más superficie y espacio al mismo precio, de técnicas constructivas modernas que permiten reducir costes, de ahorro energético, de como conseguir más luz en los interiores… En resumen, un concepto arquitectónico cercano al usuario que habla su mismo lenguaje.
Sería absurdo valorar las fachadas o las plantas. No se trata de esto (y nunca más se va a tratar de esto).
No sé si la arquitectura que propone Lacaton & Vassal es más bonita, pero de lo que sí estoy seguro es de que es mejor.
La revista, excelentemente editada de manera que facilita la comprensión de los proyectos (y no como otras revistas contemporáneas donde el excesivo diseño impide una cómoda lectura), repasa una serie de proyectos que leídos en conjunto permite comprender y aprender su carácter.
Particularmente interesante para los estudiantes de arquitectura será conocer a fondo el proyecto de la escuela de arquitectura de Nantes, una arquitectura austera que permite grandes espacios intermedios sin uso específico que seguro van a ser «ocupados» por todo tipo de actividades por parte de los estudiantes. Vale la pena estudiar la estructura portante, de la que parte todo el proyecto, con forjados de placas de hormigón de grandes luces y forjados intermedios ligeros (diferente geometría dejando espacios a doble altura). Un ejemplo de lo que para mi debería ser la arquitectura de una escuela de arquitectura… un espacio de uso abierto capaz de ser completado por la actividad (cambiante) de estudiantes y profesores.
Y este tema vale la pena remarcarlo. La arquitectura de Lacaton & Vassal no termina cuando finaliza la obra, sino que requiere del usuario para completarla.
Otro proyecto interesantes es el de la transformación de la torre Bois-le-Prêtre en París, donde los arquitectos toman una decisión insólita y tremendamente contemporánea y renuncian a derribar un edificio en torre de viviendas obsoleto para construir otro nuevo y deciden (en otros tiempos alguien pensaría que renunciando a una autoría) mantener el edificio y usar el presupuesto para ampliar la superficie de las viviendas, mejorar su iluminación natural y dotarlo de un balcón y un «espacio intermedio» (invernadero) que permite un control muy eficiente del clima interior de la vivienda.
Esta actitud también sirve para enfrentarse a proyectos de viviendas de obra nueva, (23 viviendas en Trignac) y incluso funciona en planes urbanos como los de Dublín o Porte de la Chapelle en París, y consiguen renovar de una manera que yo no había visto hasta ahora el significado de lo que es una vivienda del siglo XXI, dotándolas de grandes espacios sin uso definido y de un control climático y energético pasivo que parece enormemente eficiente.
Algunas revistas traspasan esa condición y se convierten en libros de texto. Esta es una de ellas. Un libro que estoy seguro ocupará en mi biblioteca y mi memoria un espacio que estaba reservado para él y que contiene, leyendo todas sus obras atentamente, una tesis teórica de arquitectura contemporanea mucho más potente que la que podáis encontrar en miles de libros, clases y conferencias.
Es imprescindible. Nada volverá a ser igual.