artículo aparecido el miércoles 15 de febrero en el CULTURA’s, suplemento cultural de La Vanguardia
El barcelonés Víctor Sala ha sido seleccionado entre los 40 arquitectos emergentes de Europa el 2011
El proyecto por el que Víctor Sala ha llegado hasta aquí es Landscraper, un rascacielos tumbado de 700 m. de largo con un programa extraordinario: un edificio puente que sobrevuela la autopista C-32 de Castelldefels para unir ambas riberas. Un propuesta que surge del reconocimiento del lugar. De detectar carencias de conexión entre el Campus del Baix Llobregat de la Universitat Politècnica de Catalu- nya (UPC) en Castelldefels (con más de 12.000 estudiantes y docentes) y la estación del tren. Además de la falta de equipamientos y servi- cios asociados a esta área, circunscrita al Parc Mediterrani de la Tecnología, todavía por desarrollar.
Ante la infraestructura de la autovía que corta y divide, el puente de Sala se superpone como nueva infraestructura que grapa los dos lados y vertebra parte de un territorio olvidado. Tiene por misión “la fusión de tejidos urbanos fracturados, actuando como una marca en el paisaje que recoge las compo- nentes dinámicas expresadas en forma de flujos de vehículos y peatones”.
Es un edificio entendido como ciudad con múltiples usos: social, comercial, con aulas de estudio (contaminándose del uso docente próximo), viviendas, oficinas… Ideadas, además, como unidades modulares mínimas, boxes configurables, con tabiques y techos móviles, que permiten multiplicar fácil- mente espacios. El techado tiene un uso intensivo. En dos de las cu- biertas se integran huertos hidropónicos, como recolocación de los que hoy hay en la zona. Las otras dos se adecuan como parking. Dispone de umbráculos y arbolado. La planta baja incluye un parque urbano. El edificio está planteado como un elemento continuo que se mide con su entorno tanto en planta como en sección, y potencia las relaciones sociales y de comunidad, con una sucesión de espacios públicos que favorece los desplazamientos peatonales. Existen pocos referentes contemporáneos de edi- ficio puente. Sala señala, no obstante, cómo en la Edad Media en el Ponte Vecchio de Florencia artesa- nos y comerciantes hacían negocios allí. El puente ya era entonces un lugar de paso que animaba la economía.
La figura y el fondo
En un plano conceptual, con Landscraper Sala investiga la relación fondo-figura. Propone un edi- ficio (la figura) desvinculado de la tierra (el fondo). “La arquitectura normalmente apunta toma como referencia el terreno. Al desvincularlo se crean unas normas nuevas: indiferencia circulatoria, con más variedad, gran diversidad vi- sual, definición de un nuevo cielo. Aparece la sexta fachada, que es la base del edificio, tras la quinta, el techo. El edificio no contamina el terreno y el entorno de las personas gana”.
Actualmente, este joven arquitecto está buscando financiación para Landscraper, proyecto en el que cree ciegamente. Un edificio que por su modularidad permite ser extrapolado a cualquier lugar del mundo donde se dé una cir- cunstancia similar a la de Castelldefels. En este proyecto ve reunido todo lo que según él hoy debe ser la actividad del arquitecto. No sólo construir con calidad, sino me- jorar y revitalizar el entorno. Y ha- cerlo con un coste reducido. Su artefacto ha sido diseñado para trabajar con estándares de la industria (vigas Boyd utilizadas en puentes y elementos industriales prefabrica- dos a montar con grúa) para abaratar costes. La aplicación de los principios bioclimáticos y la eficiencia energética, integrados desde el inicio, son también responsabilidad del arquitecto.
Aquí incorpora energías renovables para la autosuficiencia, la solar y el hidrógeno. “Hoy tenemos el conocimiento y la tecnología para hacer edificios que no contaminen, que funcionen como árboles, filtren agua, aire, etcétera. No hay excusa para no hacerlo”. Antes de estar en la lista de los 40 principales de la arquitectura emergente del 2011, Landscraper ya obtuvo en el 2010 el premio Ajac VII de jóvenes arquitectos de Catalunya. Fue el arquitecto y catedrático Alfons Soldevila, su tutor en este proyecto con el que concluyó la carrera, quien lo animó a sacarle partido. Mientras, sigue trabajando en distintos frentes, de forma individual, con otros colegas, a través del estudio Cookarq (donde cocinan arquitectura a fuego lento, huyendo de la rapidez y el sin sentido), o asociado a distintos despachos. “Dados los tiempos que corren es una estructura totalmente abierta. Somos como una ameba que se va adaptando a la situación”.
Molt recomanable, em recorda una mica als videos de Big explicant els seus projectes.