Fuente: MAB Arquitectura
Fotografía: Paolo Riolzi
La intervención se coloca en una parcela estrecha y muy larga que, por su posición y forma particular, representa el límite entre el barrio residencial del Gallatarese y las áreas rurales en transformación al norte. La intervención consiste en 184 viviendas, equipamientos, locales comerciales y un parque urbano.
Social Housing y Espacio Público
El proyecto impulsa un modelo de Social Housing en el cual la residencia es soportada por el espacio público y los equipamientos, a fin de crear nuevas sinergias con el barrio y contribuir a la inserción de la nueva comunidad en la trama social existente. El concepto residencial no se reduce únicamente a la vivienda, sino que se extiende a los espacios comunitarios (sala de reuniones, lavanderías, cuartos comunes), los espacios abiertos, las áreas de juegos del parque y los equipamientos (guardería, centro de día, centro cívico).
Los locales comerciales y las cafeterías actúan junto al resto del espacio público como lugares de atracción para todo el barrio.
El Masterplan y las Viviendas
El parque y el espacio público estructuran la intervención poniendo en relación los edificios, las zonas verdes y los recorridos, en un discurso continuo, homogéneo y unitario.
Un recorrido peatonal este-oeste organiza el conjunto, relacionando las franjas verdes a norte y sur. Al sur, el parque se propone como una extensión de la vía Appennini, convirtiéndose así en espacio público para todo el barrio Gallatarese, dotado de zonas con diferentes usos y calidad de materiales.
Al norte, el problema de la contaminación acústica y de la creación de una barrera de protección del ruido del tráfico se ha solucionado manteniendo la permeabilidad entre calle y parque. El muro-talud de altura variable se configura como un elemento escultórico del nuevo paisaje de vía Gallarate que se deja perforar y recortar por las líneas de acceso peatonal y que acoge en su interior, en espacios semi-hipogeos, pequeños pabellones de servicio al barrio. Los edificios se configuran con alturas variables a lo largo de todo el recorrido, se perforan en la planta baja, giran para adaptarse al camino, se integran con los terraplenes al norte y se elevan con cuatro torres al sur, en la via Appennini.
Las viviendas son variaciones de cuatro tipologías distintas, la mayor parte de tres y cuatro dormitorios con ventilación cruzada y dispuestas en cada edificio de modo que las zonas de día se orienten a oeste con galerías y terrazas, y las zonas de noche miren hacia el este.
Se caracterizan por una distribución flexible: se reducen al mínimo los espacios de distribución y las cocina se integran a los salones a través de paneles correderos. Las viviendas tienen ventilación cruzada, amplios ventanales con alto rendimiento termo-acústico y galerías con celosías correderas de aluminio.