La propuesta se articula sobre dos premisas principales.
Por un lado, la voluntad clara de relacionarse con el futuro parque a levante. Así, se dispone el edificio alineado al límite este del solar para poder resolver en la primera fase el acceso y el carácter del edificio. El vial que prevé el planeamiento entre el edificio y el parque se propone de uso exclusivo para peatones, en sintonía con el viario actual y las necesidades de movilidad del barrio.
A la vez, la necesidad de prever el crecimiento del edificio sin alterar su funcionamiento normal obliga a pensar en un proyecto unitario a desarrollar en dos fases. Así el programa funcional se resuelve articulando sobre seis arterias de circulación que garantiza la movilidad en la primera fase y la accesibilidad y conexión de las ampliaciones posteriores. Estas mismas arterias acogerán la estructura vertical del edificio, el paso de instalaciones, servicios y los accesos a los espacios de uso.
El espacio liberado entre arterias acoge los locales de uso. La sala polivalente, que se dispone moderando el espacio libre al fondo del solar, quedará en el centro de gravedad del edificio definitivo.
En el barrio toma una especial relevancia el arbolado que, con ejemplares magníficos, se convierte en el elemento que relaciona todos los usos del vecindario: la escuela, la plaza y el centro cívico. Es por eso que el edificio integra el árbol en sus patios como elemento de cohesión con el entorno.
La estructura se diseña diáfana para poder acoger los cambios que el paso del tiempo pueda comportar. Así se prevé una estructura de grandes luces a base de placas de hormigón alveolar apoyadas sobre pilares apantallados de hormigón reciclado que conforman las arterias de comunicación.
Los cerramientos se resuelven con dos materiales de gran durabilidad y bajo mantenimiento: la cerámica esmaltada en los paramentos en las fachadas paralelas a la estructura, y el vidrio de emisión baja en las perpendiculares.
Las divisiones que definen los espacios entre estructura, aprovechando que quedan totalmente liberadas de instalaciones, se conforman en seco con componentes modulares de madera desmontable y reutilizables.
El edificio incorpora diversas estrategias sostenibles con el fin de minimizar sus necesidades energéticas. Construir edificios que optimizan los gastos energéticos proporciona un valor definitivo. El edificio que se propone ahorra un 32% del consumo a través de procesos de diseño integrados y de la implementación de tecnologías de alta eficiencia. Se calcula de forma aproximada que el retorno de la inversión realizada en eficiencia energética es menor a 6 años.
Así se aconsigue, por un lado, con sistemas pasivos para minimizar las necesidades de climatización, como la integración de los patios como elementos de control pasivo de la luz y el clima, el control de la insolación en fachadas o la mejora de aislamientos térmicos. Y por otro lado, con la implementación de sistemas de alta eficiencia (Calderas de condensación, recuperador de calor, …), y la secotrización, monitoritzación y centralización en un sistema de control de las instalaciones.
A parte de los objetivos urbanísticos, arquitectónicos y sociales propios del proyecto, la propuesta contiene los siguientes objetivos técnicos:
– Reducción del 50% de los residuos de obra mediante su reciclaje.
– Eleccón de materiales de bajo impacto medioambiental (recilados, certificados, no-contaminantes).
-Lograr la calificación de eficiencia energética B.
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