Fuente: La Vanguardia
Artículo publicado en La Vanguardia por LLàtzer Moix, sobre el proyecto del estudio Selgas Cano Arquitectos, el Palacio de Congresos y Auditorio de Cartagena.
Palacio de Congresos y Auditorio de Cartagena
Dentro del nuevo auditorio de Cartagena uno se hace la ilusión de estar bajo las aguas del mar. Sus cerramientos interiores de policarbonato esconden láminas o cortinajes plateados y leds azules, que abonan esa ilusión escenográfica. También ayuda la cercanía del mar real yel hecho de que para limitar la altura del edificio éste se haya hundido parcialmente en el muelle de Alfonso XII: el escenario del auditorio queda, por ejemplo, seis metros por debajo del nivel marino. Esta sala evoca un mar en el que ocasionalmente puede penetrar la luz del sol, cuando se descorren los cortinajes superiores (ocultos en un sándwich de metacrilato) y la claridad diurna lo ilumina.
Cartagena está rodando ahora este equipamiento proyectado por los madrileños selgascano, cuya construcción ha durado siete años, con un coste que ronda los 60 millones de euros. Situado junto al masivo Museo Nacional de Arqueología Subacuática, el edificio del Palacio de Congresos y Auditorio de Cartagena es una pieza longitudinal de 210 metros que discurre junto al cantil del muelle. Pese al importante vaso de hormigón en el que se asienta y pese a su estructura metálica, el edificio parece distinguirse por su piel plástica de metacrilato traslúcido (que desde el interior propicia una visión desdibujada del paisaje portuario). Es una piel montada con piezas de canto coloreado y con algunos lienzos de EFTE. En planta se suceden las salas del palacio de congresos y los dos auditorios, uno con capacidad para unas 500 plazas y el otro (el submarino)para 1.420. Se accede a estas dependencias por un vestíbulo paralelo a la fachada marítima que invita al paseo, como el muelle sobre el que se ubica el edificio, y que está presidido por una amplia rampa ascendente, zigzagueante, pintada de color naranja y suspendida con tirantes sobre un plano blanco descendente. Este espacio, dinamizado con bancos laterales de línea quebrada, acaba con unas escaleras livianas y elegantes, y es junto al gran auditorio el más sugestivo del edificio. Un restaurante dotado de terraza y vistas sobre la dársena completa la obra, rodeada por 18.000 metros cuadrados
de un pavimento de madera – los bancos son tablas de dicho pavimento graciosamente elevadas-,y con un peculiar acceso de artistas, situado bajo una sinuosa marquesina permeable montada con varillas de forjado pintadas: una especie de gusano multicolor.
La ligereza es, por tanto, una de las características de esta obra. De hecho, su condición traslúcida la acerca a la arquitectura desmaterializada que practican algunos profesionales japoneses. La otra característica es un sofisticado uso del color, más playero que portuario, con predominio del naranja, rojo, amarillo y blanco. Esta gama enlaza con la viva paleta pop ya desplegada por selgascano en trabajos anteriores. En suma, ligereza y color se erigen como destacados recursos expresivos de los autores, que en este proyecto – el mayor de los que han construido-entonan una voz desinhibida, refrescante y singular en la escena española.
Arquitectos: selgascano (José Selgas y Lucía Cano) Ubicación: Cartagena. Paseo de Alfonso XII