Por Joan Massagué Sánchez
Auditrio Plantahof | Valerio Olgiati | Landquart
Quizás por su poca envergadura como proyecto uno puede pensar que será aquí donde Olgiati peque más de autocomplacencia o radicalidad (a veces absurdidad) conceptual. Sin embargo, el proyecto dialoga con el contexto de manera muy sutil y acertada, revalorizando aun más el «objeto» que Olgiati propone.
El proyecto para esta sala de actos se presenta como un prisma sesgado que genera una potente cubierta-fachada a una sola agua, que queda revestida por una chapa ondulada de aluminio. La relación entre el edificio existente y la nueva construcción se reduce a un pequeño pasillo de entrada, dando muchísima independencia al nuevo volumen. Pese a ello la simple colocación cara a cara con la antigua escuela genera una pequeña plaza que se convierte prácticamente en el hall de entrada al equipamiento.
Por lo que respecta al edificio en sí, se pueden leer en él muchos temas recurrentes en la obra de Olgiati. Básicamente parece que le gusta jugar. Jugar a crear duda, incomprensión en el visitante. En este caso se basta con el uso de una superestructura que parece desmesurada para una pequeña operación. Un pilar a 45 grados, que escapa del volumen cubierto apareciendo en la plaza exterior, soporta un gran viga que a su vez soporta la cubierta de hormigón. Una vez dentro descubres un tercer elemento estructural, una jácena horizontal de menos presencia que parece arriostrar algo que uno no sabes decir qué es y debes intentar averiguarlo.
Fotografía Joan Massagué Sánchez
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