por Anatxu Zabalbeascoa
Fuente: EL PAIS
«El valor de las cosas aflora en los momentos difíciles».
«…Tras más de 50 años de profesión, asegura que la arquitectura no debe ser arrogante.
¿Qué la hace arrogante? Ignorar donde está trabajando. Uno no está solo. Hay tramas de relaciones humanas. Continuarlas es la razón de ser de la arquitectura. Eso no quiere decir que la arquitectura deba ser prudente. Pero lo que traiciona el contexto es arrogante…»
«…¿Es crítico con Europa? El valor de las cosas aflora en los momentos difíciles. Hoy, las relaciones de vecindad y de la calle se han perdido. Están en fase de transición y vivimos de manera primaria, en condominios cerrados al barrio que son una plaga para las ciudades, para las personas y para los niños también. Por eso no es posible todavía hablar con esperanza de las ciudades…»»