por maria g. orille, Rotterdam
El concepto explorado en este proyecto revela una deliberada afirmación que quiere clarificar las reiteradas interpretaciones del entorno construido, permitiendo, al mismo tiempo, que los restos permanezcan tal y como están. La intención principal era ocupar la parte central de los restos del Patio das Infantas con un objeto ligero, perfectamente inocuo, debido a su arranque desde los propios muros de las ruinas.
La construcción se caracteriza por dos planos sólidos –la cubierta y el pavimento- sostenidos por un paralelepípedo diferenciado cromáticamente que marca las zonas de servicio de la Casa de Té.
La fachada se ha construido con vidrio simple, modulado y sin carpintería, excepto en las puertas, que se diferencian con marcos metálicos. Los pilares de la estructura de la losa de cubierta y del suelo están enmarcados por perfiles metálicos situados en el interior. La intención es, por un lado, mantenerlos alejados de los muros y, por otro, permitir que la caja de vidrio, abstracta y evanescente, ocupe un lugar destacado.
Se trataba de crear una estructura cuya autonomía geométrica y material subrayase la presencia de los restos, interponiendo la estructura de la Casa de Té para conseguir un contexto más fácil de comprender.
El suelo y la plataforma del paseo de acceso se encuentran ligeramente elevados, aumentando la sensación de estructura sin anclaje, ni siquiera a tierra.
En el interior, las reducidas zonas del proyecto simplifican la organización del espacio. Las zonas de servicio están concentradas en un único bloque, separadas claramente de los muros perimetrales, lo que permite conseguir la deseada transparencia de la Casa de Té, así como la posibilidad de una lectura de la misma dentro de un contexto más abstracto.
Fuente: 2G