Un estudiante de Ciencias Ambientales de 21 años diseñó la bóveda de Sol – Arquitectos y urbanistas analizan la estética y filosofía constructiva de la acampada
… «Mientras las comisiones discutían, «Infra» decidió ir tirando. En una sala prestada en Tabacalera, un equipo de hasta 50 personas se propuso construir en tiempo récord y con los materiales disponibles la bóveda. Unos buscaban palés tirados por la ciudad, otros comprobaban los cálculos y triangulaciones. Subiéndose encima y zarandeándola se hicieron las pruebas de carga. «Con lo que teníamos, hicimos lo que pudimos», dice Rodríguez. «Esta experiencia me ha dado la creatividad que nunca me dejaron tener en la carrera, y me ha hecho preguntarme cosas como ¿por qué se alargan siempre tanto las obras? Aun con recursos limitados, si tienes sentido común, puedes ser eficaz», añade.
La estructura se desmontó y se plegó marcando cada pieza con un código para volver a montarla en Sol como un puzle (en los palés se puede leer: G7, H6…). El día que se desmanteló el campamento, camuflada en las mismas furgonetas que sacaban material («por si no nos dejaban meterlo»), la bóveda entró en Sol. Tras un parapeto de lonas azules para que la policía no se percatase, se volvió a montar discretamente. Se apretaron los tornillos con los palés de canto y se levantaron los arcos a pulso, «como lo hacían los romanos», según la técnica. Luego, los tirantes, «como en las bóvedas bizantinas». Todo entre las 2 de la tarde y las 10 de la noche del sábado 11 de junio. Aquella primera noche, tras el concierto de inauguración, Alberto Araico hizo el primer turno de guardia en su obra.
A la bóveda le faltan algunos detalles: barniz ignífugo, aislamiento de tetrabriks, flores en la cubierta «para que quede más bonita»… Eso en el plano estético; en el otro, queda por definir para qué servirá, cómo se gestionará, quién la atenderá… Pero sobre todo, la duda es: ¿cuánto tiempo durará en la plaza? «Constructivamente esto podría aguantar 30 años, lo que aguanten los materiales», dice Araico. «Pero también te digo que se puede desmontar en una tarde».»