Una de las razones para el rechazo popular del proyecto parece haber sido su elevado coste (5,9 millones de francos suizos, unos 4,4 millones de euros), un argumento empleado con rotundidad fecal por el Partido del Pueblo Suizo (SVP en sus siglas en alemán), promotor de una campaña publicitaria en la que podía verse un inodoro dorado con el rótulo ‘Nagelhaus’ y la frase, escrita en el dialecto germánico suizo, «5,9 millones por una mierda. No a la Nagelhaus». El SVP ya había llamado la atención de los medios de información internacionales por su decidida campaña a favor de la prohibición de construir minaretes en el territorio suizo, y que se ilustraba con carteles en los que una mujer ataviada con un burka posaba frente a un mapa de Suiza atravesado por alminares negros a modo de siniestros misiles.