«Un edificio solitario y singular situado en medio de la nada, que funciona casi como una pieza simbólica». Así se ha referido Arcadi Pla, presidente del jurado de los Premios FAD (Foment de les Arts i el Disseny) a la Estación Biológica de Garducho, en Mourao (Portugal), del joven Joao Maria Ventura Trindade —colaborador durante casi una década en el estudio de Joao Luis Carrilho de Graça y con estudio propio desde 2003—, que acaba de obtener el premio en la categoría de Arquitectura. Levantado un metro por encima de la cota más elevada del terreno y organizado en torno a un gran patio central, el proyecto transforma tres construcciones existentes para lograr la mayor área construida con la menor afectación de suelo. Placas fotovoltaicas en la cubierta y un depósito de pluviales hacen posible la autosuficiencia energética e hídrica, necesaria dado el emplazamiento del edificio.